Cuando leemos el libro de Job leemos
sobre un hombre que se encontraba en medio de una guerra: una guerra
espiritual. Job estaba viviendo la vida como de costumbre cuando sin
previo aviso experimentó un ataque de Satanás. A diferencia de los
lectores de la historia, Job aparentemente no tenía idea de por qué los eventos
catastróficos de su vida estaban sucediendo. Él no sabía que Dios
estaba demostrando su gloria a Satanás y enseñando una lección a Job y a
nosotros, mientras usaba a Job como el objeto de la lección. Sin embargo, Job
sabía que él había sido fiel al Señor, y no había hecho nada para encender la
ira de Dios sobre él en esta manera.
En la historia de Job, Dios revela
por lo menos tres aspectos importantes de Sí mismo. Los creyentes debemos
reconocer estos aspectos al enfrentarnos a la guerra espiritual:
(1) La soberanía de Dios, (2) La sabiduría de Dios, y (3) El amor de Dios.
Al leer el libro de Job, uno no
puede dejar de ver cómo Dios está en control de los acontecimientos que
suceden. Note cómo Dios inició la discusión con Satanás haciendo dos
preguntas. La primera pregunta revela que Dios sabe lo que Satanás está
por hacer: “Y el Señor dijo a Satanás: ¿De dónde vienes? Entonces
Satanás respondió al Señor, y dijo: De recorrer la tierra y de andar por
ella”, Job 1:7. La
respuesta de Satanás era cierta, pero incompleta. La Biblia revela lo que
Satanás está haciendo realidad a medida que merodea la tierra. 1 Pedro 5:8 dice: “Sean de espíritu
sobrio, estén alerta. Su adversario, el diablo, anda al acecho como león
rugiente, buscando a quien devorar”. También vemos que Dios conduce
al adversario al desafío. De hecho, Dios llama la atención de Satanás
hacia Job dos veces, y Dios es quien establece los parámetros para el desafío.
Satanás no puede hacer nada sin el
permiso de Dios. Satanás tiene poder, pero su poder es
limitado. Mientras que él pueda gobernar sobre la tierra, su gobierno
es incompleto. De hecho, uno puede ser testigo del gobierno limitado
de Satanás en la tierra más profundamente en la vida de los que aman y temen a
Dios. Los amigos de Job no podían superar su comprensión ingenua del
Principio de Retribución, que Dios castiga el pecado y bendice a la
rectitud. El Principio de Retribución es cierto. En última instancia,
Dios siempre castigará el pecado y recompensará la justicia. Sin
embargo, eso no quiere decir que cada vez que alguien sufre es siempre el
resultado del pecado, como tampoco cada vez que alguien ha sido bendecido
es el resultado de nuestra justicia.
Cuando nos fijamos en esta batalla
en la vida de Job, podemos ver algunos de los medios que Satanás utiliza como
una oportunidad para “desviar de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo”
(2 Corintios 11:3).
·
En primer lugar, Satanás emplea
la pérdida de las posesiones materiales y financieras (Job 1:13-17). Al igual que Job,
nuestra respuesta en circunstancias similares indicará si nuestra seguridad y
gozo están en el Señor o en lo que Él nos ha dado.
·
En segundo lugar, el ataque puede
venir cuando sufrimos la pérdida de seres queridos (Job 1:18-20). Satanás quiere que
lleguemos a estar tan desilusionados por la pérdida de seres queridos que
culpemos a Dios, o por lo menos dejemos de servir al Señor.
·
En tercer lugar, Job experimentó
la pérdida de su salud (Job 2:4-8). Creyentes se puede desviar
espiritualmente cuando su atención se desplaza de servir al Señor a
enfocarse en ellos mismos debido a problemas de salud.
·
En cuarto lugar, Job experimentó la pérdida
de apoyo de otros (Job 2:9; 3:31-31;40). El consejo de su esposa era
“maldice a Dios y muérete”, exactamente lo que Satanás quería que Job hiciera (Job 2:9). Puede que los amigos de
Job genuinamente desearan consolarlo, pero lo que realmente lograron
fue añadir más sufrimiento a Job.
Si la esperanza de Job hubiera
estado en su esposa o sus amigos, él habría caído. La única forma en que
verdaderamente podemos permanecer en medio de estos ataques es mantener nuestro
enfoque en Dios y tener tal confianza en Él que, como Job, podamos decir del
Señor, “Aunque El me mate, en El esperaré” (Job 13:15).
Entonces, ¿qué está en el centro de
esta batalla? Si bien parece que Job era el foco de los ataques de
Satanás, era realmente Dios que estaba bajo ataque, y era un ataque con el que
Dios estaba listo para manejar a través de su siervo Job. El ataque de Satanás
a Dios puede ser expresado por un par de preguntas: ¿Puede la obra
redentora de Dios resucitar a un muerto en el pecado viviendo para
sí mismo a uno que esté viviendo espiritualmente para Dios? ¿Puede
una persona realmente amar a Dios aparte de los regalos que recibe de
Dios? El sufrimiento, la virtud y la fidelidad de Job responden las
preguntas, y Satanás es silenciado.
La
sabiduría de Dios
Dios no solo es
soberano: Él es sabio. Él sabe lo que está haciendo. Nuestro
problema es que no siempre sabemos lo que Él está haciendo (Isaías 55:8-9). Tanto Job como sus
amigos reconocieron la sabiduría de Dios. Irónicamente, los amigos de Job
fueron testigos de la sabiduría trascendente de Dios, sin embargo, hablaron
como si entendieran completamente Dios. La Canción de la Sabiduría en el
capítulo veintiocho indica que solo Dios conoce la verdadera sabiduría y
es la única fuente de sabiduría: “El temor del Señor” es la sabiduría (Job 28:28).
El temor del Señor es una forma de
vida ante el Señor, reconociéndolo a Él en todos los sentidos,
dependiendo de su gracia. Es reconocer que si bien el Creador
está por encima de nosotros en todos los sentidos, también está íntimamente
involucrado en la vida de sus siervos en todos los sentidos. Por lo tanto,
ya que Dios se preocupa por todos los aspectos de nuestras vidas, todos los
aspectos de nuestras vidas deben tener una preocupación por Dios. El temor
del Señor reconoce que Dios está llevando a cabo sus propósitos en toda su
creación, especialmente en la vida de sus siervos. Con este entendimiento,
cuando José había sufrido una gran cantidad de dificultades a manos de sus
hermanos, él fue capaz de decir: “Ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios lo
cambió en bien” (Génesis 50:20). Dios cumple su
propósito de glorificarse a sí mismo, incluso a través del sufrimiento de sus
siervos.
Al igual que Job, rara vez sabemos
lo que Dios está haciendo mientras estamos en medio de la guerra espiritual,
pero hay que recordar que Él sabe lo que está haciendo, y en última instancia
es para su gloria y para nuestro bien (Efesios 1:11-14; Romanos 8:28-29).
El
amor de Dios
Cuando participamos en la intensa
lucha de la guerra espiritual, las dificultades pueden llegar a ser tan grandes
que somos tentados a dudar de la bondad y el amor de Dios por
nosotros. Incluso el justo Job llegó a ese punto. Él
dijo “Nada gana el hombre cuando se complace en Dios” (Job 34: 9).
Al principio y al final del libro,
uno puede ver la bondad de Dios para su siervo Job por cómo Él lo bendijo
materialmente y con una familia maravillosa. Además, Elihu reconoció que
fue Dios quien dio cánticos en la noche, y que una de las razones por las que
Dios dirige la creación como lo hace es por causa de su amor (Job 35:10; 37:13). Sin embargo, la mayor muestra
de la bondad y del amor de Dios fue la revelación de sí mismo a Job (Job 42:1-6). Dios no dio a Job
una explicación sino algo mucho mejor: una revelación. En su tiempo,
Dios todavía se revela a nosotros cuando miramos a El mientras experimentamos
sufrimiento y la tentación de dudar de su bondad y amor.
Cuando nos encontramos atrapados en
el centro de la guerra espiritual, debemos recordar lo que Dios ha revelado
sobre sí mismo a Job. Recuerda la soberanía de Dios: Él está en
control. Recuerda la sabiduría de Dios: él sabe lo que está haciendo,
incluso cuando nosotros no. Y recuerda el amor de Dios: Él está
comprometido con su gloria y nuestro bien más de lo que nosotros lo
estamos. Por tanto, podemos confiar en Él mientras peleamos la buena
batalla.
Traducido por Manuel García.
El Dr. Terry J. Betts es profesor asociado de interpretación
del Antiguo Testamento en el Southern Baptist Theological Seminary. Ha escrito
diversos libros y artículos sobre temas del Antiguo Testamento, y
es miembro de la Evangelical Theological Society.
Fuente: http://www.thegospelcoalition.org